La simbología estratégica de marcas supone una tarea mucho más amplia que crear un mero logo de empresa. Se trata de una labor crucial para construir una imagen corporativa que proyecte con precisión su personalidad y que conecte positivamente con sus consumidores. En Akxom, el proceso de creación de la simbología estratégica de marcas se desarrolla a lo largo de 2 fases: return y progress.
RETURN: la fase de return comienza delimitando el nicho de mercado dentro de la sociedad consumidora para crear una personalidad modelo que reúna las características comunes de los posibles clientes. Se realiza en 3 pasos:
1- Señalar y analizar el nicho de mercado específico de nuestro producto/servicio (localización geográfica, delimitación demográfica, hábitos conductuales, rasgos psicográficos y necesidades del cliente).
2- Con la información extraída del nicho de mercado se elabora una personalidad modelo general del consumidor.
3- La personalidad modelo general del consumidor engloba los rasgos comunes de todos los clientes potenciales.
PROGRESS: la fase de progress transforma la información de la personalidad modelo general del consumidor (deducida en la fase anterior) en una simbología de marca que la represente. Este proceso se materializa teniendo en cuenta los siguientes elementos:
Naming: el nombre de una corporación es decidido en función de la técnica de naming más adecuada para cada marca:
a) Contracción de 2 o más palabras (por ejemplo, DANONE es la contracción del nombre del hijo del fundador de la empresa “Daniel” + la palabra inglesa “one”).
b) Acrónimos (por ejemplo, REPSOL es el acrónimo de “Refinería de Petróleos de Escombreras Oil”).
c) Invenciones fonéticamente comerciales (por ejemplo, FANTA o Aquarius),
d) Firma del propietario (por ejemplo, Christian Dior).
e) Nombres de cosas o lugares (por ejemplo, Banco Santander o El Árbol).
Logotipo: El logotipo es el signo de identificación principal de una marca. Crear tu logo de empresa es una acción básica y su función consiste en representar la personalidad corporativa impactando positivamente en la mentalidad de los consumidores.
Color: en base a los principios de la psicología del color se selecciona el colorido más apropiado para representar los valores de tu marca. Por ejemplo, el rojo, puede simbolizar pasión; el naranja, aventura; el amarillo, felicidad; el verde, crecimiento; el azul, tranquilidad; el morado, creatividad; el gris, elegancia; &c).
Tamaños, formas y signos: en ciertas ocasiones los tamaños más pequeños de logotipos y tipografías pueden representar clase, distinción o estatus; mientras que los más grandes cotidianeidad, comodidad o confianza. Por otro lado, la correcta elección de formas y signos es importante para forjar una identidad corporativa bien definida que a la vez contribuya a fomentar la aceptación pública.
Tipografía: seleccionar la tipografía correcta tiene influencia sobre las ideas y emociones que el público consumidor tendrá sobre nuestra marca. Por ejemplo, las tipografías Serif son aquellas que llevan detalles adicionales en los bordes de las letras y se usan para transmitir clasicismo, formalidad, precisión, tradición, delicadeza o refinamiento. Por el contrario, las tipografías Sans Serif carecen de estos detalles y son más utilizadas en entornos digitales, transmiten fuerza, modernidad, vanguardia y elegancia.
Emociones: una marca debe definir con claridad una estrategia de conexión emocional con sus consumidores. En función del contexto en el que se comercialice su producto/servicio, las emociones a generar pueden ser muy diversas (orgullo, amistad, inspiración, liderazgo, miedo, empatía, seriedad, nostalgia, enfado, tristeza, humor, &c).
Relato: una marca es una historia viva con un pasado propio y un futuro repleto de objetivos. Se trata de un relato bien contado en el que deberán aparecer determinados personajes, ambientes, conflictos, soluciones y mensajes.